Historia rodea al Hotel Nazionale
El edificio en el que se encuentra el Hotel Nazionale desde finales del s. XIX fue construido en 1733 dentro de un proyecto arquitectónico impulsado por el papa Clemente XII (1730-1740), que deseaba crear un edificio adyacente a la Curia Apostólica, es decir, al actual Palacio Montecitorio.
El edificio del hotel, que cierra por un lado la plaza de Montecitorio, se construyó en el lugar donde, hasta finales del s. XVII, tenían su sede los Padres de la Misión; en efecto, este espacio estuvo ocupado por los edificios destinados a las oficinas del cardenal vicario. El palacio se construyó mientras se hacían los trabajos de urbanización de la plaza de delante, ordenada por el citado papa Corsini. En realidad, el diseño actual de la plaza se remonta a finales del seiscientos y es fruto de la voluntad del papa Inocencio XII (1691-1700) que, para ubicar las oficinas de los notarios y ampliar el espacio de delante, hizo demoler muchas casas de los alrededores. A los propietarios de los edificios que quedaron, entre los cuales los Capranica (el hotel mismo se encuentra en la manzana que pertenecía a monseñor Capranica), se les autorizó a reconstruir sus palacios, respetando los nuevos límites de la calle. El Hotel Nazionale se encuentra en uno de los rioni más significativos del tejido urbano, el rione Colonna, zona muy céntrica con una antigua historia, que desde 1870, cuando Roma fue proclamada capital del nuevo estado unitario, aloja la mayor parte de edificios gubernamentales.
En esta zona urbana también se encuentran dos de los más famosos monumentos de la época romana: la Columna de Marco Aurelio, que destaca en medio de la homónima plaza, y el Obelisco Egipcio, en la plaza de Montecitorio. La Columna de Marco Aurelio se construyó entre 176 y 192 d.C. para celebrar las victorias del emperador romano Marco Aurelio (161-180) contra los germanos y los sármatas estacionados al norte del Danubio.